Alice In Wonderland (1933, Norman Z. McLeod): surreal y hermosa película "infantil"

Largometraje de comedia familiar pre-Code dirigido por Norman Z. McLeod. Con Charlotte Henry y Gary Cooper. Puntuación: 6,5/10.

Alice In Wonderland (1933, Norman Z. McLeod): surreal y hermosa película "infantil"


Reparto: Charlotte Henry, Richard Arlen, Roscoe Ates, Gary Cooper, Leon Errol
Género: Comedia infantil
Disponible en: Vídeo bajo demanda
Ficha completa de IMDb aquí

No recuerdo muy bien cómo llegué a conocer esta adaptación de la novela de Lewis Carroll, pero sí que venía con una promesa: ser perturbadora.

Spoiler: no lo es. Pero entiendo porqué lo decían.

Alicia en el país de la maravillas debió ser al menos la cuarta vez (sí, cuarta) que la famosa fantasía se adaptara a las pantallas, en un muy lejano 1933.

Por alguna razón, se le ha rescatado del olvido por su involuntario toque inquietante o sobre todo, "surrealista". Generaciones recientes de espectadores ansioses de morbo descubren la pieza entre risas, acompañada de otras maravillas de tal década como como Freaks.

Y sí vale la pena. Ignoro su calidad como adaptación literaria, que además de tratarse de una obra tan conocida es un detalle que pierde aún más su relevancia.

Pero Alice In Wonderland es una colección poco ordenada de sketch tontero sin mayor pretensión que garantizar un buen rato. No voy a catalogarla de surrealista, porque me temo que el surrealismo no tiene que verse como un sinónimo sospechosamente rebuscado para referirse a cualquier obra cuyo desarrollo parece arbitrario de forma adrede.

La verdad, como digna amante del cine que soy, si algo admiro de la cinta es su gran cantidad de efectos visuales, especiales y prácticos. Queda a su vez como documento histórico de cómo se manejaban algunos detalles técnicos de una época donde ni siquiera la pantalla verde hacía la mitad del trabajo. Alicia crece y se encoge, pasa de un sitio a otro a través de un espejo, se cae, habla con una rata gigante y con un huevo más grande que ella y con ojos ciertamente algo inquietantes.

La labor del vestuario y los disfraces es digna de aplaudir, porque lo quisieran o no, son muy bien hechos, realistas hasta donde se pudo y no por ello menos infantiles. Que conste: no es otra Freaks, esa cinta maldita fruto de los imaginarios excesos de una época pre-code. No es perturbadora, sólo está llena de disfraces extraños.

Es una cinta muy de su momento. Pero con esos dos elementos logró lo impensable: ser una obra de culto. ¿Los dos elementos? El maquillaje y sus efectos especiales —¡adorables!— y el azar con el que se cuentan las historias. También hay un segmento animado maravilloso, así que qué más se le puede pedir.

Lo mejor: Los disfraces, los efectos especiales.

Lo peor: Aunque se perdona la arbitrariedad al contar la historia, es algo más producto de un guion mediocre que de algo que pretenda ser surrealista.

Puntuación: 6,8/10.