Hidden Figures: así funcionan las jerarquías sociales

Aprovecho una escena de Hidden Figures (Theodore Melfi, 2016) para reflexionar a fondo sobre cómo se validan los privilegios, con ejemplos de racismo y transfobia.

Hidden Figures: así funcionan las jerarquías sociales
El cineasta Theodore Melfi expone la segregación racial en Hidden Figures de una forma que merece la pena analizar, aunque la película tiende a ver el racismo como algo que simplemente se combate echándole ganas. Pero eso es otro cuento.

Hay una escena particular de Hidden Figures (Theodore Melfi, 2016) -película muy recomendable, by the way- que esclarece algo sobre el egoísmo e insensibilidad que hay tras el desconocimiento de nuestros propios privilegios.

No importa si no viste esta película, puedes seguir leyendo porque no destripo nada.

Lo que me interesa es relatar una diminuta escena concreta y a partir de ahí, independientemente de cuán ficcionada sea esta escena particular del largometraje, me excusaré en ella para reflexionar sobre el racismo, la transfobia y la importancia de desaprender todos estos males de la sociedad.

Escena del baño para negras

La escena inicia cuando una de las científicas negras recibe un fuerte regaño de su jefe por perderse del trabajo todos los días por más de una hora.

Ella le revela al hombre que tarda tanto porque va al baño para negras que está demasiado lejos de las instalaciones. Es forzada a ir a ese baño porque… Bueno, es el único baño para negras en la zona.

Tras esto el hombre se enfurece más pero no con ella sino por la evidente injusticia: al siguiente plano se le ve yendo al baño más cercano para destruir el cartel que dice "For white women" y afirma frente a todes "Aquí en la NASA orinamos todo del mismo color". Así la escena finaliza con esta moraleja.

Yo vi esto y me cuestioné algo.

¿Por qué no se dio cuenta antes?

¿Este hombre que es como la máxima cabecilla del centro no sabía de los baños divididos por raza en toda la NASA?

¿Cómo se sostienen las jerarquías sociales?

Pues de mil formas, la verdad. Pero sea cual sea el privilegio puede estar más o menos presente cualquiera de estas constantes:

  • Ridiculización: Se menosprecia con juicios y prejuicios a quien sufre la opresión, bajo la creencia implícita de que la merece y/o la marginalización que soporta en realidad es imaginaria.
  • Invisiblización: Los juicios van acompañados, asimismo, de burlas: quien sufre la opresión se le ve como victimista, con resentimiento y con poca fuerza de voluntad.
  • Justificación: Se le ve a la persona menospreciada como si estuviera al mismo nivel de quienes la menosprecian. Como si hubiera igualdad de derechos desde ya. De modo que cualquier injusticia está bien porque, en realidad, de alguna manera eres tú quien tiene privilegios.
  • Victimización: Quizá uno de los elementos más manipuladores y bajos de quien posee privilegios que no quiere reconocerlos. Se pretende que eres tú quien ofende al otre por evidenciar su racismo o conductas similares. Es el clásico “Ya todo les ofende”.

Todas estas constantes se nutren entre sí. En la película este menosprecio e ignorancia cómoda se traducen en las actitudes que tienen les compañeres de la científica: al principio se limitan a creer que se estaba perdiendo para ver a su pareja, no para ir al baño.

De hecho, se le ve como la "verdadera privilegiada irresponsable" ya que estaba aprovechando su "estatus de genia de la NASA" para trabajar menos.

Pero no es así.

¡Ella simplemente estaba yendo a un baño en el quinto infierno! Era, en todo momento, un sufrimiento absolutamente gratuito e injustificado.

En su jefe se nota un egoísmo típico de quienes son indiferentes al odio: una fea realidad no importa hasta que no afecte directamente a quien la ignora.

¿El racismo sólo importa si choca con tus intereses?

En la película, si no fuese porque la mujer tardaba siglos en llegar al trabajo por ir al baño, el jefe no se hubiera enterado que le tocaba ir siempre a un baño en peores condiciones en comparación a los de las mujeres blancas, todo a partir de una descarada discriminación.

A él no le molestaría tanto la segregación sino que su empleada siguiese siendo eficiente. Que pueda entregarle el papeleo a tiempo.

Este yoísmo implica que si la empleada hubiera tenido un baño dividido por raza cerca, le daría igual porque la empleada sigue siendo eficiente, aunque la división sigue siendo injustificable.

Y con este tipo de conductas se sostienen las desigualdades.

La indiferencia está tan naturalizada que la discriminación no es percibida salvo por quienes la sufren directamente ¡o sólo es percibida por otres si conviene!

Como personas latinoamericanas vemos el racismo estadounidense como algo visceral, y justo por eso nos cuesta observar el racismo en nuestras regiones porque se presentan de otras formas, pero están ahí. Y más de alguien la justificará.

No sólo el racismo se valida así

Si empecé a comprender la causa antirracista es porque las personas racializadas pasan por dinámicas de desprecio idénticas a las que se exponen otras comunidades menospreciadas, como la población trans.

Además, iba a ser especialmente hipócrita de mi parte si me quejo de la transfobia, pero manteniéndome callada sobre la doble discriminación existente entre les trans racializades.

Yo como persona trans blanca, veo a diario gente cis soltando comentarios como estos:

"Los trans se molestan por nada… Por eso no lo contratan, quieren respeto y luego no nos respetan. Es la realidad".

Y lo que no ven son realidades tan espantosas como:

"Ese trans con furia” que ves en un vídeo random es porque en cuanto empezó a transicionar en el trabajo buscaron una excusa para despedirlo, aún cuando la susodicha empresa se vendía de progresista.

Esa "trans enfurecida" que viste en redes gritando a otra mujer sin aparente justificación, estaba siendo acosada por las compañeras cis-terfas de su clase durante meses sin que nadie hiciese nada.

Su vida puede estar amenazada por ese odio viral. No es una exageración. Ha pasado muchas veces.

Ellos y ellas ven rabia y dolor “melodramático y sin sentido”. Pero no ven las causas de las que, que encima, son cómplices.

A diario veo esta victimización del cis promedio:

"¿Ahora los trans están en todas partes? ¿Basta cualquier cosa para declararte trans? ¡Nos están quitando nuestra cultura con la moda trans!"

Nadie nunca ha dicho que maquillarse de peque te va a ser trans y te van a hormonar. Las mujeres trans han sido históricamente desafiantes con los roles de género, y por el mismo motivo han sido juzgadas.

Si las mujeres trans deciden lucir "muy femeninas" en ese sentido cliché de lo que representa el rol de una mujer, también la enjuician por "defender los roles de género" y "parodiar lo que significa ser mujer".

¿Podrían tener algo más de sinceridad y decir de frente que prefieren que no existamos?

Ahora que las personas más jóvenes exploran sus identidades con mayores libertades y menos tabúes, no significa que haya más gente trans o basta ponerse una falda para declarase mujer.

Significa que, para empezar, estamos existiendo con más paz que nunca, aunque estemos muy lejos de ser aceptades. Y eso es infinitamente más sano que el desastre que ha sucedido todo este tiempo.

Cultivemos más empatía, porfi

Se nos invisibiliza y encima hay que pedir disculpas por resistir e incomodar a la fragilidad cis, siempre a la defensiva ante cualquier necesario y mínimo cuestionamiento.

Claro, por raza o clase sucede más o menos similar. Siendo yo blanca de underclass he reproducido con cinismo e indiferencia el racismo, y creo que es imprescindible entender cómo funciona el racismo en especial si somos personas queer blancas. La blanquitud es un mal que no nos permite ver que tenemos un mismo enemigo: las jerarquías sociales.

Deberíamos preguntarnos:

¿Cómo vamos a confrontar un problema si para empezar decimos que no existe o “no es para tanto”?

¿Cómo combatimos el problema si ya crees ser parte de la solución por dar lo mínimo?

Los privilegios se sostienen en base a la invisibilización, la ridiculización y el hostigamiento generalizado.

Hay una mayoría allá fuera que sigue insistiendo con malicia e ingenuidad que “Los privilegios no existen”, o “Yo no soy parte del problema porque tengo una amiga trans de color” o “Es que se quejan por todo”.

Estoy demasiado cansada de todas estas excusas de mierda. De validaciones para la supremacía de turno. Y ni de lejos soy la única.

Y las consecuencias de esto han sido siempre muchísimos peores que tener un baño demasiado lejos de ti o un despido. Todo tipo de supremacía, o, al menos la cis-supremacía y la supremacía blanca actúan así, como distintos tentáculos del mismo monstruo.

¿La verdadera moraleja de toda esta historia? No actúes como el jefe de la científica afroamericana. Mírate tus privilegios más a fondo. No te intereses a medias en la población kuir o negra sólo porque tienes una hija que lo es o algo así.

Menos victimismo y más empatía. Y menos mala fe, que ya tenemos todes mucho de eso.