About La Stoa part. 1: Influencias

Hoy pruebo algo un poco distinto.

Como si fuera el inicio de nuevos horizontes, pretendo contar algo más sobre mí a través de otras cinco personas: un cineasta, un científico, un fotógrafo y dos excelentes músicos, toda es gente a quienes les debo el ayudarme a construirme tal cual soy.

Pues es que si alguien me pregunta por quién me ha inspirado más, quién me ha cambiado o removido alguna parte de mi vida o ha sido un antes y un después, sin duda hay cuatro nombres que no pueden faltar: John Carpenter, Carl Sagan, W. Eugene Smith y Dead Can Dance.

Cada quien en áreas distintas. Veamos.

En cine… John Carpenter

Con John Carpenter tuve mis primeros acercamientos serios al cine, con sus películas The Thing y Halloween, así que ya por eso es imposible no considerarlo clave en mi historia.

Pero no sólo eso, es un maestro del horror (e igual cuando coqueteaba con otros géneros, como la acción). Como cineasta y músico ha sido un adelantado a su época, como asimismo un incomprendido, minusvalorado por la crítica, audiencia e industria.

Sólo el tiempo le dio el puesto que merecía y esto acarrea una gran enseñanza: la importancia de defender tu visión artística pese a la incomprensión del resto como además  ser consciente de tus mismas fallas.

Si igual esto sabe a poco, dirigió They Live y no hay documental más actual en este momento. :)

En ideales… Carl Sagan

Mis once años trajo una nueva era de espabilamiento, depresión y curiosidad sincera por las cuestiones más básicas de la vida. Siempre fui muy callada y una harta pensadora, todo lo sobreanalizaba, quizá para mal varias veces.

Total, que a los trece o catorce años leí a este gigante de la ciencia (y su divulgación). Motivada por la rebeldía, por la rabia, por ver que no encajaba en esas movidas de la religión y en cosas raras que veía que creían otras personas.

Asimismo, sorprendida por los documentales de ciencia, como la entonces recién estrenada nueva versión de Cosmos.

Con su personalidad y filosofía Sagan transmitió humildad, cuestionamiento, paciencia y muchísima pasión, amor sincero por la humanidad, aún con sus fallas y grandes logros.

Claro, Sagan no fue filósofo como tal, aunque estaba cerca de serlo. Sea como fuere, con él me introduje a otras mentes como Einstein, Bunge, Bertrand Russell, etc.

En fotografía… W. Eugene Smith

William Eugene Smith es el padre del fotoensayo y por extensión una figura clave del fotoperiodismo. Carpenter y Sagan, a su manera, transmitieron su filosofía de vida progresista en sus áreas.

Con Smith no sería distinto: la fotografía fue el fin que usó para, por medio de una preciosa calidad artística, tocar las emociones más básicas de cada persona.

Y recordarles, cómo no, esa cualidad tan infrecuente en la historia humana: su humanidad. El trabajo de Smith fue documentar, más que nada, realidades muy duras, haciéndolo con el debido respeto a la víctima y el merecido desprecio a quienes causaran tal sufrimiento.

Introdujo así arte, empatía y conciencia social a través de sus fotografías, imposibles de malinterpretar.

Quizá una anécdota que nos permite conocer mejor al personaje es que su padre se suicidó y tuvo que lidiar de muy joven con el morbo, acoso y burla de la prensa por este suceso tan traumático.

Smith lo tenía claro. No hace falta más dolor pues sobra el odio, el egoísmo y la ceguera. Él mismo tuvo múltiples problemas de salud durante  toda su vida.

Un hombre que creía que podía usar su talento para bien, para retratar lo que debe cambiar.

Pronto escribiré más de él.

En música… Dead Can Dance

Aquí son dos personas, el británico Brendan Perry y la australiana Lisa Gerrard, ambos multinstrumentalistas y fundadores de Dead Can Dance, un dúo con un sonido imposible de encajar en alguna etiqueta. Para quienes lo intentan, les tachan de neoclassical darkwave y world music.

Su música es muy profunda en tanto que letras y sonido crean atmósferas originales que suenan griegas, celtas, nativoamericanas o medievales según el álbum. Creando así una lírica (cuando la hay, pues Gerrard canta con glosolalia) que cuenta una historia y un pensamiento, ya sea ilustrado, existencial o romántico.

Los rangos vocales de ambos artistas son asombrosos. Gerrard es ubicada en lo más mainstream por ser la voz en la banda sonora de Hans Zimmer para Gladiator, mientras que Perry es  comparado con Frank Sinatra y Jim Morrison.

Con ellos sientes y piensas. Siempre transmitiendo un sentimiento puro, oscuro y extasiado, DCD recoge su nombre de una constante de la vida misma: revivir lo muerto para crear vida, rescatar algo de su muerte/olvido y construir lo nuevo. Nada muere absolutamente, sólo evoluciona. En ellos esto se ve cuando tocan instrumentos de hace cientos de años, por ejemplo.

Como artista, Dead Can Dance me inspira para conocer lo que hubo antes de nosotres: quiénes fueron las primeras mentes en diseño, cine y fotografía u otras áreas.

Qué podemos crear de novedoso a partir de los aportes del pasado y, en el proceso, ofrecer la máxima (al menos en mi opinión) de lo que debe dar unx artista: exaltar la emoción y remover consciencias.

Artes para el vulgo

Véase qué cóctel de influencias tengo yo:

Carpenter, un cineasta innovador, influyente e infravalorado, patrón agridulce que pocas veces se ve. El maestro del horror, a menudo etiquetado como pesimista.

Sagan, una mente optimista e igualmente incomprendida, en tanto que su tipo de pensamiento siempre será impopular, pues exige mucho. Con él somos una mayoría quienes nos pudimos introducir al escepticismo científico.

Smith, un hombre sensible, quizá demasiado, aunque con fama de odioso. En apariencia alguien obsesionado con el detalle y con lo oscuro, cuando su fin último era decirnos cuánto deberíamos valorar la vida (y hacer lo posible para mejorarla, entre nos y el prójimo).

Y Gerrard y Perry, personas siempre ávidas de conocimiento, de comprender la vida y las culturas actuales y aquellas que ya no están.

Cada influencia para mí es una persona que de un modo u otro expone lo vil del homo sapiens o de transmitir cuán increíbles e inusuales somos y que pese a todo ello hay que amar (y abrazar nuestra) humanidad.

Pensadores impopulares, pero pensadores al fin y al cabo. Hace falta pensar más, incomodar, mirarnos al espejo.
Para mí nada es más importante: una lectura que no incomode no vale la pena. Pues es en este camino dificultoso que se encuentra lo más valioso que podemos tener y cultivar: nuestra humanidad.

By the way, feliz mes día de las madres a quien corresponda. <3